Cuando llega el verano soy lo contrario a una “lagartija”: huyo del sol lo más lejos que puedo. Me pongo sombrero, protección total, me pongo camiseta en la piscina y en la playa y empiezo mi ritual de “fotoprotección biológica” tomando alimentos (1) y complementos específicos. Y es que el sol “no me sienta bien”.…