Como se ha podido comprobar recientemente en el caso de una fabricante láctea francesa, el aumento de la complejidad de la cadena alimentaria en los últimos años plantea nuevos desafíos y obliga a conocer las mejores herramientas para prevenir y controlar las crisis alimentarias.
La trazabilidad es una herramienta clave en las situaciones de alerta, cuyas ventajas no se perciben a corto plazo, sino que solo se ponen de manifiesto cuando se plantean determinados problemas de seguridad alimentaria. Debe estar adecuadamente documentada y ser fácilmente accesible.
¿Preparados para una alerta alimentaria?
El sistema de APPCC, la trazabilidad alimentaria y los manuales internos de gestión de alertas son las principales herramientas, y las más útiles, a la hora de estar preparado ante cualquier alerta.Dado su carácter obligatorio, todas las empresas deben conocerlos y están obligadas a aplicarlos.
Según el Codex Alimentarius, la trazabilidad se define como la capacidad para seguir el movimiento de un alimento a través de etapa(s) especificada(s) de la producción, transformación y distribución.
Ventajas del sistema de trazabilidad en la gestión de una crisis alimentaria
– En caso de problemas sanitarios, quejas de clientes, fallos en la producción, etc, el operador económico puede retirar los productos implicados con la mayor rapidez (si se trata de un lote o lotes concretos, sin necesidad de retirar todo el producto del mercado).
– Permite determinar la causa del problema y demostrarlo con la debida diligencia, así como decidir el destino de los productos.
– Aporta confianza a los consumidores al aumentar la seguridad de que el alimento es inocuo.
– Permite alcanzar el objetivo de proteger la salud de las personas: la administración, mediante las actividades de control oficial, puede actuar de forma más eficaz en la gestión de alertas sanitarias, intoxicaciones.
¿Como funciona la Red de alerta alimentaria?
La notificación de una alerta alimentaria indica que el consumo de un determinado alimento puede provocar riesgos graves para la salud del consumidor. Cuando esta se produce entran en juego diferentes actores (nacionales e internacionales) implicados en la gestión de una alerta alimentaria:
A nivel nacional es la AECOSAN (la Agencia Española de Seguridad Alimentaría y Nutrición) el organismo competente de gestionar la alerta mediante el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI). Es a través de este sistema de comunicación rápida del que se informa a las distintas Autoridades competentes sobre los riesgos (directos o indirectos) que para la salud humana puede producir un determinado alimento.
Así mismo, el sistema de red de alerta español se comunica a nivel europeo con el RASFF (Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos en inglés, «Rapid Alert System for Food and Feed») y con INFOSAN (Red Internacional de Autoridades en materia de Inocuidad de los Alimentos), cuando se trata de países extracomunitarios, para trasladar a los mismos la información precisa. Para entender este sistema pondremos un ejemplo; imaginemos el caso de un producto fabricado en nuestro país e implicado en una alerta en España que ha sido distribuido en uno o varios países de la UE se procede de la siguiente manera:
1.- AECOSAN traslada esta información a la red Europea (RASFF) o si la alerta alimentaria puede afectar a países fuera de Europa, la red INFOSAN entra en juego.
2.- A su vez la AESAN, que es quien coordina las otras redes en España, traslada al SCIRI cualquier dato de interés para las autoridades españolas, bien porque el producto se encuentre en nuestro mercado, porque se haya elaborado aquí o sencillamente porque considere que la información puede resultar interesante para nuestras autoridades.
A sensu contrario, si el producto objeto de alerta alimentaria ha sido fabricado en un país europeo y ha sido distribuido en nuestro país, por medio de la RASFF europea llega esa información a la AECOSAN que gestiona la información y la hace llegar a las autoridades competentes españolas.
Gestión de una alerta que implique a una industria alimentaria
Los pasos a seguir para la gestión de una alerta alimentaria son:
1. Captar la información: Es recomendable que las empresas de alimentación tengan previsto un mecanismo para la llegada de la información al responsable sobre riesgos graves que puedan afectar a sus productos.
2. Identificar el producto y riesgo: Identificar el producto afectado o potencial-mente afectado y determinar el peligro y riesgo.
3. Conocer la trazabilidad del producto hacia atrás o hacia adelante.
4. Evaluar la acción correctiva: Se evalúa la actuación a tomar que puede ser inmovilización, retirada, recuperación u otra que se determine.
5. Ejecutar la medida: En las situaciones de alerta, se deberán seguir las indicaciones de la Autoridad Competente y colaborar con ella en todo lo necesario.
Conclusiones:
La mayor preocupación del consumidor sobre la seguridad de los productos que consume, así como las noticias sobre crisis alimentarias, han hecho de la trazabilidad alimentaria una herramienta fundamental para proteger la salud de las personas.
Desde Aizea trabajamos en el desarrollo de sistemas APPCC y trazabilidad alimentaria como herramienta para la gestión de alertas alimentarias.
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