La llegada de altas temperaturas implica que debemos vigilar la hidratación. Es necesario que seamos conscientes de ello.
Hidratación y sed
Decimos ser conscientes porque hay muchas personas que relacionan la sensación de sed con el momento en que nuestro cuerpo nos indica que precisa hidratarse y esto no es exactamente así; la deshidratación puede comenzar sin que se presente la sensación de sed.
Esto es especialmente importante para ciertos grupos de población como los niños y los ancianos. En el caso de los niños, tienen un mayor riesgo de deshidratación por el contenido en agua en relación a su masa corporal. Los ancianos debido a que a esta edad por un lado se experimenta una disminución de la sensación de sed y por otro lado porque se producen cambios en el sentido del gusto, que provocan una tendencia a consumir menos líquidos.
Se aconseja tomar de 2 a 3 litros de agua al día. Esta cantidad no solo se adquiere vía ingesta de agua, sino también a través de alimentos que lo contienen (frutas y verduras). La relación que se aconseja es un 80% en bebida y 20% por medio de alimentos.
¿Infusiones de té para el verano?
Aunque para hidratarse no hay nada mejor que el agua, lo cierto es que a muchas personas les cuesta beber agua y una buena idea puede ser el añadir otra serie de bebidas atractivas al paladar como las infusiones de té. Aunque solemos tender a asociar este tipo de bebidas con el invierno, una mantita y un buen libro, cada vez son más las personas que lo consumen en verano bien frío como un refresco más.
¿Por qué infusiones de té? Porque además de aportarnos hidratación, gusto y aroma, también tienen una serie de propiedades nutricionales extra para nuestro organismo. Hoy te hablamos de 4 de ellas:
– Té rojo: se obtiene por la fermentación bacteriana de las hojas de la planta Camellia sinensis. Su alto contenido en catequinas es muy útil para aquellas personas que quieran perder peso debido a que ayuda a depurar el cuerpo y a activar el metabolismo. También se le atribuyen propiedades digestivas.
– Té verde: se trata de un tipo de té no fermentado. Este tipo de té con un alto contenido en polifenoles destaca por su acción antioxidante. Esta acción viene reforzada por el tipo de vitaminas y minerales que contiene (vitamina A, E, C y el mineral selenio) que destacan por su efecto antioxidante. El té verde también es astringente por lo que es útil para el tratamiento de casos de diarrea.
– Té blanco: es un té no tan común debido a su elevado precio, puesto que se obtiene únicamente de la desecación de las yemas jóvenes de la planta. Su cantidad de polifenoles es superior al del té verde por lo que su efecto antioxidante es mayor.
– Té negro: sufre una fermentación completa. Con respecto a las anteriores variedades comentadas este té es el que aporta mayor teína. Esta sustancia es útil si necesitamos estimular el sistema nervioso ayudando a reducir el cansancio y la fatiga.
En conclusión
– En períodos de altas temperaturas debemos vigilar nuestra hidratación procurando consumir de dos a tres litros de agua (aunque no tengamos sed).
– La hidratación puede realizarse no solo mediante el consumo de agua, también podemos incorporar a nuestra dieta diaria alimentos que la contengan en una proporción alta (melón, sandía…etc).
– Hay personas que a las que les cuesta consumir agua y una buena opción frente a otro tipo de refrescos artificiales puede ser el consumo de té frío. No solo nos hidratan sino que también aportan vitaminas y minerales útiles a nuestro organismo.
– Aunque el té tiene efectos beneficiosos tampoco debemos abusar de esta infusión. Como ya se ha comentado el té contiene sustancias estimulantes del sistema nervioso como la teína y consumido en exceso puede provocar nerviosismo e insomnio.
– Prueba a preparar una buena infusión de té (si no le añades azúcar tampoco te aportará calorías), déjalo enfriar, añade unos hielos y …. a disfrutar.
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