Hay pocas cosas más tradicionales en estas fechas navideñas que el turrón. Existen diferentes tipos de turrón, tanto los tradicionales como aquellos turrones de sabor y composición más innovadora, pero en ambos casos son alimentos de consumo ocasional. Dejado esto sentado, ¿sabes cómo diferenciar un turrón de otro?
¿Por qué de consumo ocasional?
Sólo tenemos que mirar los ingredientes principales (azúcar, miel y almendras en los turrones tradicionales) para augurar que el contenido calórico de estos dulces navideños es elevado; generalmente 100 gramos de turrón tienen unas 550 kilocalorías: el 32% de ellas proviene del azúcar y el 37% de las grasas de los frutos secos.
Tipos de turrones
Fuera de la frecuencia de consumo que hemos señalado, existen muchos tipos de turrones y es bueno saber en qué puntos nos tenemos que fijar para saber diferenciar un turrón de otro. Vamos a examinar las dos variedades de turrón tradicional.
Las dos variedades tradicionales son el turrón de Alicante o turrón duro y el de Jijona o turrón blando. En el primero, se observan claramente las almendras y en el segundo no, pero en realidad están hechos con los mismos ingredientes, solo que en el de Jijona las almendras se trituran. A la hora de escoger entre un turrón u otro, en ambos casos, los importante es fijarse en la calidad, que viene marcada, por la cantidad de almendras.
– La «categoría suprema» debe tener un 64% de almendras
– La «categoría extra» debe tener de un 46% a 50% de almendras
– La «categoría estándar» debe tener un 40% de almendras
– La «categoría popular» debe contener solo un 34% de almendras
Como se puede ver, la cantidad de almendras en el producto final marca la diferencia a nivel de categoría. La almendra no es un producto barato y esto influye en el precio. Pero, además, la cantidad de almendras también va a marcar el nivel de calidad nutricional.
¿Por qué la cantidad de almendras influye en la calidad nutricional?
A nivel nutricional la clave está en la grasa. Las almendras son ricas en ácidos grasos del tipo insaturado (en especial ácido oleico, el mismo que encontramos en el aceite de oliva, por ejemplo) y de vitaminas liposolubles como la vitamina E, con acción antioxidante, además de minerales como el magnesio, el potasio o el fósforo que ayudan al sistema nervioso y muscular.
Teniendo en cuenta esto podemos decir que casi todos los beneficios que le podemos atribuir provienen de su alto contenido en almendras así que, cuantas más tenga el producto, mejor.
¿Es mejor el turrón “sin azúcar”?
Muchas de las personas que buscan cuidarse durante estas fechas suelen adquirir turrones que se anuncian como «sin azúcar». Todo ello ante la creencia de que los mismos son mucho más saludables, pero la cosa no es tan sencilla. Tiene su truco.
¿Qué se considera «sin azúcar»? Para que el turrón o cualquier alimento procesado verdaderamente fuese «sin azúcar», debería contener menos de 0.5 gramos de azúcares libres por cada 100 g de producto. En el caso del turrón, dado que se compone principalmente de almendras u otros frutos secos, esta cantidad es imposible de conseguir ya que, por cada 100 g de almendras la cantidad de azúcares es de 5 gramos.
Si hablamos del turrón sin “sin azucares añadidos” sería aquel que, en su composición, únicamente debería contener el fruto seco (almendras, en el caso del turrón tradicional) junto a edulcorantes, dado que ni la miel ni otros tipos de azúcares estarían permitidos en la definición. Los azúcares, que deberían aparecer en la etiqueta, serían los «naturalmente presentes en el producto», y no añadidos de forma externa.
De acuerdo con un estudio realizado por la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), que comparaba distintos tipos de turrón, la cantidad de azúcar en el “turrón sin azúcares añadidos” era mucho menor, pero no así las calorías que eran prácticamente las mismas (la diferencia calórica sería de alrededor 50-60 kcal) debido a que este tipo de turrones tenían un mayor porcentaje de grasas (4,5% más) que los turrones «normales».
Teniendo en cuenta esto, el turrón “sin azúcares añadidos” sigue siendo muy potente, y por tanto de consumo ocasional.
En conclusión
La Navidad es época de turrones que, consumidos con moderación, pueden estar incluidos en el postre de los días típicos tales como Nochebuena, Navidad o nochevieja.
Si hablamos de los turrones tradicionales, a la hora de hacer la compra, es importante fijarse en el etiquetado de los mismos, escogiendo aquellos de mejor calidad, la cual viene marcada por el contenido en almendras.
Con respecto a los turrones con el reclamo “sin azúcar” tener claro que no significa que los mismos sean menos calóricos que otros turrones sin esta etiqueta.
Bibliografía
https://www.ocu.org/organizacion/prensa/notas-de-prensa/2019/turronsinazucar161219
Consejo regulador de Jijona y turrón de Alicante: https://jijona.com/
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Fuente imagen: Pixabay – pixel2013
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