En los últimos años han surgido diversos estudios centrados en la estrecha relación entre la microbiota del tracto digestivo y el sistema nervioso central. Aunque aún queda mucho por averiguar, muchos de estos estudios señalan la importancia de este nexo en enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple. De hecho muchas investigaciones están dirigidas a evaluar el impacto de los prebióticos sobre algunas de estas enfermedades.
¿Qué es la microbiota?
Se denomina microbiota al conjunto de millones de bacterias que colonizan el tubo digestivo y que viven en simbiosis en el intestino humano. En el momento en que nacemos se empieza a crear nuestra microbiota intestinal, por bacterias presentes en el canal del parto, por las bacterias ambientales…y esta microbiota no es estable, sino que va cambiando a lo largo de la vida. Cada individuo presenta una colonia de bacterias diferentes, tan personal como podría ser la huella dactilar.
Beneficios demostrados de la microbiota
Aparte de la relación anteriormente señala y que se encuentra en fase de estudio, la microbiota participa en numerosos procesos fisiológicos y metabólicos del cuerpo humano como:
– Activación y regulación del sistema inmune. Prevención de infecciones.
– Síntesis de algunas vitaminas, como la K y algunas del grupo B
– Regulación del tránsito intestinal y mejora de la salud digestiva en general.
– Prevención de algunos tipos de cáncer, como el de colon, por la producción de ácidos grasos de cadena corta en la fermentación de algunos tipos de fibra.
¿Cómo podemos cuidar la microbiota?
Para mantener el equilibrio y evitar la proliferación de bacterias dañinas en el interior del intestino, merece la pena recurrir a alimentos y complementos alimenticios que ayuden a mantener la microbiota saludable. Estos son los llamados prebióticos y probióticos.
– Prebióticos: son un tipo de hidratos de carbono que resisten la acidez del estómago y la acción de las enzimas digestivas pero que al llegar al colon son fermentados selectivamente por las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal, produciendo efectos beneficiosos para la salud. Para entendernos, “son la comida de las bacterias del colon”.
Así, podemos obtener estos hidratos de carbono (inulina y oligosacáridos, FOS y GOS) de alimentos como algunas verduras (alcachofas, cebolla, achicoria, puerro…), cereales integrales, legumbres, frutas y frutos secos. Otra buena alternativa puede ser el consumo de complementos alimenticios prebióticos, es decir, que contengan estos hidratos de carbono específicos.
– Probióticos: directamente podemos aportar a nuestra microbiota bacterias vivas beneficiosas tanto a través de alimentos (por ejemplo los yogures y leches fermentadas) como de complementos. Por tanto, los probióticos son microorganismos vivos que administrados en cantidades suficientes confieren un beneficio a la salud del hospedador. Pero no cualquier bacteria puede ser denominada probiótica, sino que tienen que existir estudios clínicos que demuestren su beneficio. La mayoría de ellas pertenecen a dos familias, los lactobacillus y las bifidobacterias.
Mercado de los complementos alimenticios
Con todo lo señalado anteriormente, es fácilmente explicable el augue de los prebióticos y probióticos dentro del mundo de los complementos. También es común el encontrar productos con el doble beneficio, es decir, probióticos y prebióticos.
Estos complementos reciben el nombre de simbióticos y es uno de los tipos de complementos que estudiamos en nuestro curso de “Especialización en complementos alimenticios” que celebraremos a mediados de este mes de julio para todos aquellos interesados en este apasionante campo.
Esperamos que este artículo os haya gustado y quedamos a vuestra disposición para cualquier duda o comentario al respecto.
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