El caso de alergias alimentarias aumenta cada año. Ya estamos acostumbrados a observar en las etiquetas de los alimentos una serie de ingredientes especialmente destacados (generalmente en negrita) que pueden causar alergias e intolerancias. Podemos encontrar alergias provocadas por ingredientes de origen animal y vegetal. Alrededor de un 5% de los adultos de países occidentales presentan alergia a algún alimento de origen vegetal. Hoy vamos a hablar de una alergia de origen vegetal; la conocida como alergia a la piel de melocotón o a la proteína LTP (Lipid Transfer Protein).
En los comedores escolares
De nuestra experiencia en el diseño y supervisión de menús podemos constatar que la alergia a la piel del melocotón es una de las más crecientes dentro del ámbito de los comedores escolares. Es extraño encontrar personas alérgicas a las frutas rosáceas (manzana, pera, fresa, ciruela, nectarina, albaricoque…) que no lo sean también al melocotón.
Cuando la alergia a la piel del melocotón se catalogó se creía que era esa “pelusilla”, que encontramos en la superficie de esta fruta, el agente irritante. Posteriormente se relacionó con el hecho de que la piel del melocotón, debido a su textura, retenía mayor cantidad de polen. Pero en la actualidad se sabe que lo que realmente provoca alergia a esta fruta son las proteínas que están situadas en la piel del melocotón.
Estas proteínas vegetales actúan como un mecanismo de defensa de las plantas y, por tanto, tienen dos características que hay que tener en cuenta; son resistentes al calor y a los jugos gástricos de nuestro estómago. Estas dos características lo convierten en un alérgeno potente.
Síntomas
Las alergias alimentarias se producen cuando la proteína presente en un alimento, en este caso en la piel del melocotón, es reconocida por el sistema inmunitario como algo “extraño y potencialmente peligroso” y por tanto nuestro cuerpo se defiende. Para luchar contra este alérgeno los linfocitos B del sistema inmune producen anticuerpos, inmunoglobulias IgE, responsables de activar los mecanismos que producen los síntomas de alergia: rinitis, conjuntivitis, problemas respiratorios, picores, síntomas digestivos, etc.
En el caso de la alergia a la piel del melocotón los síntomas que se pueden presentar son de dos tipos:
- Síntomas leves: picores en la piel o alrededor de la boca (prurito) por contacto con este vegetal.
- Síntomas graves: es poco frecuente pero puede producir anafilaxia (enrojecimiento intenso, dificultad para respirar, picor y taquicardias)
Reacciones cruzadas
El tratamiento más efectivo para evitar los síntomas de alergia en el caso de los alimentos era sencillo. Simplemente había que evitar el consumo del mismo, es decir, una dieta exenta de ese alimento concreto, en este caso, el melocotón.
El problema de la alergia a la piel del melocotón es que existen reacciones cruzadas con otros alimentos e incluso con algunos tipos de polen lo que dificulta su control. Se sabe que algunos vegetales pueden tener elementos comunes o muy similares por lo que se ha encontrado una intensa reactividad cruzada entre la alergia al melocotón y otras frutas de la misma familia (rosáceas) por lo que en el tratamiento también deberían excluirse las citadas anteriormente.
En el caso del polen, el melocotón constituye la principal alergia alimentaria en personas sensibles al polen ya que el 83% de los alérgicos a esta fruta presenta asociada alergia a los aeroalérgenos.
Control dietético
Como ya hemos comentado, para evitar los síntomas de alergia debemos evitar aquellos alimentos que nos la provocan.
Otra recomendación importante es leer detenidamente el etiquetado nutricional ya que algunos componentes de las frutas rosáceas se pueden encontrar en yogures y derivados lácteos, helados, potitos de fruta, chocolates, galletas, tartas, gelatinas de frutas, aromas añadidos, zumos o mermeladas.
Por último hay que tener en cuenta que las frutas son una fuente dietética importante de agua, vitaminas, minerales, fibra y sustancias antioxidantes por lo que debemos controlar obtener estos importantes nutrientes a través de la alimentación, a pesar de excluir ciertas frutas y verduras.
Imagen: Pixabay – Couleur
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