Novedades en seguridad alimentaria y alérgenos

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La Comisión Europea publicó, el pasado 3 de marzo, el Reglamento (UE) 2021/382 que modifica el Reglamento (CE) 852/2004 relativo a la higiene de los productos alimenticios, una de las normas estrella del denominado “paquete de higiene”.

Como mañana, 24 de marzo, va a entrar en vigor, merece la pena repasar en qué consisten estas modificaciones. Básicamente las modificaciones consisten en 3 puntos; alergias e intolerancias alimentarias, la redistribución de excedentes alimentarios y la introducción de la llamada “cultura de seguridad alimentaria”.

 

Alergias e intolerancias alimentarias

En septiembre del pasado año 2020, la Comisión del Códex Alimentarius adoptó un código de prácticas de gestión de alérgenos alimentarios, destinado a los operadores alimentarios, y cuya finalidad era la reducción de los mismos a lo largo de todas las fases de la cadena alimentaria. Para ello se propuso una serie de requisitos higiénicos generales que debían ser incorporados por toda la cadena alimentaria (desde la producción primaria hasta que llega a la mesa del consumidor).

Hasta ahora el Reglamento (CE) 852/2004, dentro de las disposiciones generales higiénicas de aplicación para la producción primaria y actividades conexas, no tenía en cuenta la gestión de los alérgenos descritos en el Reglamento (UE) 1169/2011, de tal manera que hasta ahora un contenedor que había transportado trigo podía transportar a continuación maíz. Para corregir esto, el nuevo Reglamento ha introducido en el Reglamento (CE) 852/2004 un nuevo párrafo:

El equipo, medios de transporte o recipientes utilizados para la recolección, el transporte o el almacenamiento de alguna de las sustancias o productos que causan alergias o intolerancias, mencionados en el anexo II del Reglamento (UE) 1169/2011, no se utilizarán para la recolección, el transporte ni el almacenamiento de alimentos que no contengan dicha sustancia o producto, a menos que se hayan limpiado el equipo, los medios de transporte o los recipientes y se haya comprobado al menos la ausencia en ellos de cualquier resto visible de dicha sustancia o producto

 

Redistribución de excedentes alimentarios

Otra de las novedades de este reglamento de la Comisión es el relativo a cómo gestionar los excedentes alimentarios para donaciones. Hasta ahora era muy complicado, en algunos sectores, realizar donaciones (por ejemplo a bancos de alimentos y otras instituciones sociales) de excedentes de comida por las cuestiones que las autoridades sanitarias planteaban en materia de seguridad alimentaria. La consecuencia inevitable es que toneladas de alimentos acababan en la basura.

Ahora se reconoce una vía para poder hacerlo que se basa en la evaluación que los propios operadores alimentarios realicen sobre si dichos excedentes son o no nocivos para la salud y aptos para el consumo humano. Así mismo, el legislador europeo impone una serie de condiciones mínimas para poder realizar dicha redistribución que pasan por las fecha de duración mínima o caducidad, integridad del envase, condiciones de almacenamiento, transporte y trazabilidad.

 

Cultura de seguridad alimentaria

El último punto, aunque no menos interesante que los dos anteriores es la adopción de la llamada cultura de seguridad alimentaria. La misma hace referencia al fomento, entre los trabajadores del sector alimentario, de la sensibilización por la seguridad alimentaria y procurando mejoras de comportamiento de los mismos.

Dicha noción, acuñada por la Comisión del Códex Alimentarius, ha sido acogida por el legislador europeo e incorporada por medio del presente Reglamento (UE) 2021/382 que plasma esta noción en un compromiso por parte del operador alimentario con la seguridad alimentaria que se vea reflejada en:

Cumplir y mantener al día su sistema de higiene de los alimentos (en Román Paladino, que el sistema APPCC sea un sistema vivo, que se lleve a cabo en el día a día y que se adecue a los diferentes cambios que pueda sufrir el operador alimentario a lo largo de su vida).

– Que se dispongan de los recursos necesarios para asegurar la manipulación higiénica y segura de los alimentos.

Concienciar y formar a todos los trabajadores, de acuerdo con su desempeño, de la importancia que tiene la seguridad alimentaria y sus consecuencias. Esto es muy importante si queremos fomentar una cultura de seguridad alimentaria.

 

En conclusión

El nuevo reglamento es bastante corto en redacción, como podrá ver toda aquella persona que se anime a leerlo, pero introduce 3 cuestiones llamadas a tener bastante impacto en la seguridad de los alimentos y en poder paliar, veremos hasta que punto, el gran drama que suponía tirar a la basura tantas toneladas de comida apta para el consumo humano.

 

Bibliografía
https://www.boe.es/doue/2021/074/L00003-00006.pdf

 

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Fuente imagen: Pixabay – PublicDomainImages

Publicado el 23 marzo 2021 en Aizea, Seguridad alimentaria

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