Seguro que de cuando en cuando te has encontrado con este término y no tienes muy claro que es exactamente. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia se entiende como biocida aquella sustancia que destruye seres vivos, particularmente los perjudiciales para el ser humano.
A los efectos que nos interesa el Reglamento (UE) 528/2012 define como biocida “toda sustancia o mezcla…. que esté compuesta, o genere…sustancias activas, con la finalidad de destruir, contrarrestar o neutralizar cualquier organismo nocivo..” En el presente artículo nos centraremos en los de ámbito alimentario (los que conocemos como detergentes y desinfectantes).
¿Para qué sirven los biocidas?
Como se puede deducir de lo anterior, los biocidas son sustancias que utilizamos con la finalidad de garantizar la seguridad de los alimentos que consumimos. A lo largo de la cadena alimentaria existen muchas fuentes posibles de contaminación y se usarán diferentes tipos de productos según la operación que se vaya a realizar.
Podríamos distinguir 3 tipos de situaciones:
– Limpieza de instalaciones y superficies que no van a estar en contacto directo con los alimentos.
– Limpieza de instalaciones y superficies que pueden estar en contacto directo con los alimentos.
– Limpieza que se aplica a los propios alimentos.
La primera de las situaciones no plantea muchos problemas, el uso que realicemos de este tipo de productos tiene como finalidad reducir el número de microorganismos y a la hora de aplicar el producto nos fijaremos en las dosis recomendadas por el fabricante para que la limpieza resulte lo más eficaz posible. En el segundo de los casos habrá que prestar mayor atención puesto que pueden quedar restos que pueden pasar a los alimentos. El tercero de los casos es el más problemático puesto que pueden quedar residuos del producto químico en el alimento (por ejemplo en el caso de la limpieza de la lechuga con lejía apta para uso alimentario).
No cualquiera puede utilizar cualquier biocida
En función del tipo de biocida también podemos distinguir 3 tipos de usuarios:
– Productos dirigidos al consumidor: son los tipos de productos que podemos encontrar en una tienda o supermercado, deberemos prestar atención al etiquetado para realizar un correcto uso del mismo.
– Productos para determinados usos profesionales: son productos que se comercializan en determinados canales (hostelería…etc). Con formatos diferentes a los productos destinados al consumidor final requieren de cierta formación para su aplicación.
– Productos que sólo pueden ser aplicados por profesionales autorizados: a diferencia del caso anterior este tipo de productos requieren una formación y habilitación especial para su utilización (es el caso de los plaguicidas que sólo pueden ser utilizados por personal con certificado de aplicador de plaguicidas).
Registro de biocidas
Para que un biocida pueda ser comercializado es necesario que sus sustancias activas hayan sido evaluadas e incluidas en la Lista Europea de Sustancias Activas. A partir de aquí son cada uno de los estados miembros los que podrán autorizar la comercialización de un producto dentro de su territorio.
A efectos prácticos esto da lugar a un registro público donde se puede consultar los productos que están autorizados para su comercialización y donde se incluye información como: nombre del producto, fabricante, composición, usos y aplicación para la que está destinado el producto así como la fecha hasta la que está autorizado.
Bibliografía
https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/productos.do?metodo=realizarDetalle
Reglamento (UE) 528/2012 Del Parlamento Europeo y del Consejo de 22 de mayo de 2012
Real Decreto 3349/1983 por el que se aprueba la Reglamentación Técnico-Sanitaria para la fabricación, comercialización y utilización de plaguicidas
Real Decreto 1054/2002, de 11 de octubre, por el que se regula el proceso de evaluación para el registro, autorización y comercialización de biocidas
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