En nuestro artículo anterior sobre el etiquetado nutriscore repasamos cuestiones generales tratadas en el Seminario Técnico “Aplicación del Nutriscore” organizado por ALCYTA (Asociación Española de Licenciados, Doctores y Graduados en Ciencia y Tecnología de los Alimentos), ante la entrada en vigor del mismo en el primer cuatrimestre del 2021.
Dicho seminario entró también en cuestiones concretas que este sistema puede plantear con ciertos alimentos. En el presente artículo vamos a repasar las mismas.
Reformulación de alimentos
Aunque ya existían planes de mejora de composición de los alimentos como el “Plan de colaboración para la mejora de la composición de alimentos y bebidas y otras medidas 2017-2020” del Ministerio de Sanidad y AECOSAN, por el que se invitaba a las empresas de alimentación a mejorar la composición de sus productos para que los mismos fueran más saludables (reducción de azúcares, sal, grasas saturadas…etc), se prevee que si el nutriscore tiene éxito muchas empresas tendrán como reto reformular sus productos para mejorar su posición dentro de la escala de colores de Nutriscore.
Decímos que si tiene éxito, porque hay que recordar que este sistema es de voluntaria aplicación y dependerá de los fabricantes su adopción pero, sobre todo, de la gran distribución.
Aceites y Nutriscore
Con respecto al tema del aceite, el algoritmo de Nutriscore penaliza las grasas saturadas y premia los alimentos ricos en ácido oleico. Pero Nutriscore llega hasta ahí, es decir, que otorga la misma puntuación al aceite de oliva que a otros aceites que proceden de semillas (como el aceite de colza). Tampoco se tiene en cuenta si el aceite de oliva es virgen extra (el de mayor calidad) o no. De tal manera que la selección de aceites en el punto de venta podría ser sesgada acompañada por un menor precio y la misma categorización Nutriscore, independientemente de que procedan de semillas o de oliva y de su calidad.
Declaraciones de propiedades saludables
Otro aspecto que puede llegar a producir confusión en el consumidor es el de las declaraciones saludables de algunos alimentos.
Algunas declaraciones de propiedades saludables de los alimentos presentadas en el etiquetado general (rico en…, fuente de…) pueden entrar en conflicto con un etiquetado Nutriscore negativo.
Leche y bebidas lácteas
Otro punto de conflicto es el de los productos lácteos. Nutriscore no realiza tampoco una diferenciación entre la leche y otras bebidas lácteas. De esta forma la leche puede tener la misma clasificación dentro del Nutriscore que otros productos similares, de diferente origen y que requieran de un mayor procesamiento para su obtención.
Bebidas vegetales
Otro tema curioso es que las bebidas vegetales han sido clasificadas como alimentos y no como bebidas lo que conlleva una categorización distinta en el cálculo del algoritmo.
Hidratos y ácidos grasos
El etiquetado Nutriscore no tiene en cuenta los hidratos complejos, ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9, la calidad biológica de las proteínas, minerales, vitaminas y compuestos bioactivos, por tanto, no se puede hablar de una valoración nutricional completa.
En conclusión
Hay que ser conscientes que el Nutriscore todavía tiene bastantes flecos que resolver para una buena aplicación de este sistema.
El Nutriscore puede ser una buena herramienta para ayudar al consumidor en la elección de los alimentos pero es una herramienta más que puede complementar pero no sustituir a una mínima formación a nivel nutricional.
Al ser una herramienta voluntaria para los fabricantes de alimentos, el éxito que tenga la misma dependerá del valor y utilidad que los consumidores le otorguemos .
Síguenos y estarás al día de nuestras publicaciones:
Fuente imagen: Pexels – Gustavo Fring
Al enviar el comentario, acepto la Política de privacidad y las condiciones del Aviso legal de Aizea.es.