Junto a la dietoterapia, la educación diabetológica y el tratamiento farmacológico, pautar ejercicio físico en caso de diabetes es otra de las estrategias de salud para ayudar a controlar la diabetes mellitus (DM), una enfermedad crónica que se caracteriza por una producción insuficiente de insulina por parte del páncreas o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que fabrica. La consecuencia es la hiperglucemia (aumento de los niveles de azúcar en sangre)
Beneficios de ejercicio físico en las personas diabéticas
Son muchos los beneficios demostrados en diversos trabajos de investigación del ejercicio físico en pacientes que sufren DM.
– Aumento del gasto energético que facilita la pérdida de grasa por lo que ayuda a prevenir y tratar problemas de sobrepeso, al tiempo que ayuda a preservar la masa magra y la elasticidad corporal.
– Mejora la sensibilidad a la insulina, lo que permite reducir las necesidades de insulina o antidiabéticos orales en el paciente, siempre bajo supervisión médica.
– Aumento en la utilización de glucosa por el músculo, lo que contribuye a evitar la hiperglucemia.
– Mejora general de la función cardiaca
– Ayuda a controlar la tensión arterial, los niveles de colesterol total y de triglicéridos en sangre, previniendo así factores de riesgo cardiovascular.
– Ayuda a reducir los estados de ansiedad, estrés, mejora la calidad del sueño y reduce el riesgo de depresión. Aumenta los niveles de endorfinas.
– Contribuye a mejorar la salud general del aparato locomotor ( huesos, músculos, articulaciones)
– Reduce a largo plazo el riesgo de complicaciones de la DM
– En las personas con predisposición genética a la DM, la práctica de ejercicio regular ayuda a retrasar la aparición de la enfermedad.
En definitiva, mejora la sensación de bienestar, previene complicaciones y mejora la calidad de vida del paciente diabético.
Aunque no todos los ejercicios están recomendados ni en todas las personas. El mejor o peor control de la enfermedad (con dieta y fármacos), junto con los factores personales (edad, condición física, factores de riesgo cardiovascular asociados…) determinará el tipo e intensidad de ejercicio a realizar.
¿Qué ejercicio practicar en caso de DM?
Lo más recomendable es practicar ejercicios aeróbicos, comenzando por pequeños paseos en las personas sedentarias y aumentando la duración y frecuencia según se vayan ganando condiciones físicas, momento en que se pueden pautar otros deportes más intensos como correr, bicicleta o natación. Los ejercicios anaerobios no están contraindicados en pacientes diabéticos controlados y se pueden combinar ambos tipos de ejercicios.
El mayor riesgo de practicar deporte en caso de DM es la hipoglucemia, en particular en aquellos pacientes con un mal control metabólico de su enfermedad. Así, la actividad física está contraindicada en diabéticos descompensados (hasta que no controlemos la enfermedad, con dieta y fármacos) pero también lo están los deportes de alto riesgo donde el paciente no pudiera recibir auxilio de inmediato (alpinismo, buceo, paracaidismo…)
Los pacientes con retinopatía diabética, deben evitar los ejercicios que impliquen movimientos bruscos de cabeza o los ejercicios en los que se levante mucho peso porque podrían poner en riesgo su visión.
En conclusión
El ejercicio físico tiene múltiples beneficios para la salud y es un pilar fundamental en el tratamiento de la DM, incluso para su prevención. Los pacientes sedentarios deben comenzar con periodos cortos de ejercicio aeróbico de baja intensidad e ir incrementando la intensidad y duración de forma progresiva al tiempo que controlan su medicación y el correcto aporte de hidratos de carbono y agua durante la práctica deportiva.
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