Existen muchos términos relacionados con la alimentación y la nutrición que bien sea por la publicidad de ciertos productos o bien por artículos que encontramos en los medios de comunicación, nos suenan mucho pero no tenemos una idea clara de en qué consisten.
Una de esas palabras es la isoflavona. A muchos esta palabra les sugerirá automáticamente otra palabra; soja.
¿Qué son las isoflavonas?
Las isoflavonas son una serie de sustancias bioquímicas de origen vegetal. Pertenecen (junto con los lignanos, cumestanos y lactonas) a los denominados fitoestrógenos. Los fitoestrógenos son interesantes puesto que presentan una estructura química parecida a la de los estrógenos femeninos y pueden resultar muy útiles en ciertas etapas de la mujer.
Estrógenos e isoflavonas
Los estrógenos son un tipo de hormonas sexuales femeninas que intervienen en el correcto funcionamiento de importantes procesos como;
– La fecundación
– La regulación de los niveles de colesterol
– La protección ósea
– La estimulación de la libido
– La formación de colágeno
Durante la menopausia el organismo comienza a producir menor cantidad de estrógenos y los procesos anteriormente citados resultan afectados. Como se ha comentado, las isoflavonas presentan una estructura química parecida a la de los estrógenos femeninos y durante el período de la menopausia, su acción puede ayudar al alivio de ciertos síntomas como los sofocos, favorecer el control del colesterol y contribuir a prevenir la osteoporosis.
Las isoflavonas comenzaron a llamar la atención de la comunidad científica cuando se observó que las mujeres de países asiáticos como Japón y China, donde el consumo de alimentos de soja (ricos en isoflavonas) forma parte importante de su dieta diaria, presentaban una menor incidencia de trastornos relacionados con la menopausia. Este fenómeno también se comprobó en los Estados Unidos, donde mujeres de población asiática que conservaban sus hábitos alimentarios de origen presentaban menor incidencia de trastornos en la menopausia, mientras que aquéllas que se habían adaptado a la dieta americana presentaban la misma incidencia que el resto de mujeres estadounidenses.
¿En qué alimentos encontramos isoflavonas?
Presentes en alimentos como legumbres, frutas y cereales sin embargo para encontrar una cantidad significativa de esta sustancia tenemos que acudir a alimentos como la soja y sus derivados (edamame, miso, tofu…etc).
Pero aunque incorporáramos este tipo de alimentos para llegar al mismo nivel de isoflavonas que las mujeres asiáticas obtienen de su dieta deberíamos cambiar por completo la forma de alimentarnos, abandonando la dieta mediterránea. No parece que esto sea una buena idea, precisamente nuestra dieta mediterránea es apreciada por sus efectos saludables.
¿Qué podemos hacer? Para el caso de la menopausia está claro que debemos dar a nuestro organismo un aporte extra y, tal como solemos comentar, es aquí donde un complemento alimenticio tiene sentido.
Se calcula que para conseguir los efectos deseados es preciso una cantidad de 40 a 80 mg de isoflavonas al día. Por medio de un complemento alimenticio podemos asegurarnos esta dosis de manera diaria y constante.
Algunas precauciones
Debido a que su estructura química es parecida a la de los estrógenos, en la menopausia no deben tomarse productos a base de extractos ricos en isoflavonas junto con Tratamiento Hormonal Sustitutivo.
Tampoco deben tomarse en caso de tratamiento con los medicamentos de tratamiento de cánceres hormonales (como el de mama o de útero).
También hay aquellas personas con trastornos de la coagulación y de la función tiroidea deben utilizarlas con precaución, ya que pueden modificar el efecto de los medicamentos que se utilizan para su tratamiento.
Aparte de lo anteriormente mencionado, los preparados a base de isoflavonas suelen ser muy bien tolerados, aunque a algunas personas les puede producir trastornos gastrointestinales leves (gases, diarrea).
Al existir ciertas contraindicaciones, y por principio de prudencia, siempre es conveniente consultarlo con nuestro médico ante cualquier duda.
En conclusión
Las isoflavonas, por su estructura química tan similar a los estrógenos femeninos, pueden resultar muy beneficiosas para paliar ciertos síntomas durante la etapa de la menopausia.
Están presentes de manera significativa en la soja y sus derivados.
Adquirir la cantidad suficiente de isoflavonas exclusivamente por medio de la alimentación, conllevaría cambiar la manera de alimentarnos abandonando la dieta mediterránea.
Una solución, para la etapa de la menopausia, es el administrar la cantidad de isoflavonas que precisamos por medio de complementos alimenticios.
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Fuente imagen: Pexels – Gustavo Fring
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