Las conocidas como dietas disociadas son aquellas que se fundamentan en el principio de que los alimentos no contribuyen al aumento de peso por sí mismos, sino al consumirse según determinadas combinaciones. De acuerdo con esta teoría el organismo no aprovecha las calorías que aportan los nutrientes -hidratos de carbono, proteínas y grasas- si se toman por separado (si lo haría si los juntamos en una misma comida).
Así mismo defienden que cada grupo de alimentos requiere diferentes tiempos de absorción, diferente pH (más ácido o alcalino) y diferentes enzimas para su digestión
De esta manera, este tipo de dietas no limitan la ingesta de alimentos energéticos sino que aconsejan no mezclar en la misma ingesta hidratos de carbono y proteínas.
¿Tienen fundamento científico?
No existe ningún estudio que afirme que esta separación de alimentos aporte beneficios a la salud y menos que pueda hacer perder peso (la AESAN cataloga las dietas disociadas como dietas milagro). El aparato digestivo está preparado para incorporar los diversos nutrientes y no necesita que se tomen por separado.
La digestión actúa como un todo, y los procesos que la componen están completamente armonizados, siendo su función el digerir una dieta en la que van a aparecer estos componentes conjuntamente.
Las enzimas son las encargadas de hidrolizar los alimentos en moléculas mucho más pequeñas que puedan ser absorbidas: monosacáridos en el caso de los hidratos de carbono, aminoácidos en el caso de las proteínas y ácidos grasos o glicerina en el caso de las grasas. Las enzimas digestivas están especializadas y cada una tiene su función sin anular el efecto de las demás.
Ya pero ¿Por qué algunas personas adelgazan?
Esta es una pregunta que se suele plantear. De hecho, un conocido puso en práctica una dieta de este tipo y durante un tiempo experimentó una bajada de peso (que al cabo de un tiempo recuperó con creces). Parece ser que el efecto en la bajada de peso tiene que ver con otras cuestiones y no a la mezcla de alimentos:
– Algunas personas reducen la ingesta calórica al comenzar la dieta.
– Psicológicamente, el hecho de introducir reglas les hace más consciente del contenido del plato y en consecuencia comer menos.
– Personas con problemas de digestión pueden mejorarlos al simplificar las comidas
Conclusión
Ningún alimento engorda o adelgaza por sí mismo. Sólo las dietas totales se pueden analizar y mejorar. La clave está en el equilibrio y en la cantidad.
Una dieta equilibrada no es sólo aquella en la que se hace un reparto total de macronutrientes (los hidratos de carbono aportan entre el 50-60% de la energía total, las proteínas alrededor del 15% y el resto de grasa) este término engloba algo más.
Una dieta equilibrada tiene que adaptarse a las necesidades personales, aportando todos los nutrientes y variando los diferentes alimentos.
Si lo que se busca es bajar de peso y mantenerlo, es necesario examinar los hábitos alimentarios actuales y ver puntos de mejora . Si precisas realizar un proceso de re-educación alimentaria para que establezcas una relación saludable con la comida de por vida te podemos ayudar con nuestro servicio de nutricionista online.
Marian Alonso-Cortés Fradejas
Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Navarra y Licenciada en Ciencia y Tecnología de los alimentos por la Universidad de León. Desde el año 1999 viene realizando consultoría especializada en desarrollo de productos y formación para empresas de complementos alimenticios. También realiza asesoramiento técnico de calidad para empresas alimentarias. Actualmente es responsable de la Dirección Técnica de la Consultoría Aizea.
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Fuente imagen: Pixabay – Alexas_Fotos
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