En artículos anteriores tratábamos el tema de los plásticos alimentarios y su regulación. Debido a que este tipo de materiales no son inertes, se pueden producir migraciones desde los plásticos a los alimentos. La evaluación del riesgo de estos materiales se lleva a cabo por la EFSA, (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), quien determina finalmente si el material evaluado es apto o no para uso alimentario. Pero cada vez tenemos más noticias de que no sólo son los envases, que están en contacto con los alimentos, la fuente potencial de presencia de elementos tóxicos en los alimentos.
¿De dónde salen nuestros alimentos?
Es una pregunta sencilla pero que por obvia muchas veces la pasamos por alto. Desde hace bastante tiempo vamos viendo el efecto que la acción del ser humano está teniendo en multitud de especies vegetales y animales (contaminación de los mares, destrucción de bosques…etc). Todo ello nos parecía lejano porque no tenía un reflejo directo e inmediato en nuestro día a día o eso nos parecía….
Pero los efectos de todo ello ya se dejan notar en diversos campos aunque de manera imperceptible en muchos de ellos. Uno de esos campos es la alimentación. En los últimos meses diversos estudios alertan de la introducción de microplásticos en nuestra cadena alimentaria provocado por la contaminación del entorno que nos provee de alimentos; la revista Royal Society Open Science ha publicado recientemente una investigación llevada a cabo por un equipo británico que concluía que más del 80% de los anfípodos (diminutos crustáceos similares a los camarones) capturados en seis de las fosas marinas más profundas del mundo, tenían partículas y fibras de plástico en el aparato digestivo.
El pasado año investigadores de la Universidad Médica de Viena y la Agencia de Medio Ambiente de Austria daban cuenta del hallazgo de microplásticos en humanos. Así mismo un reportaje llevado a cabo por la prestigiosa revista National Geographic enumeraba diversos alimentos cotidianos como la sal, el pescado o el agua en los que se habían detectado microplásticos.
¿Qué consecuencias tiene la presencia de estos microplásticos en nuestro organismo?
Dar respuesta a esta pregunta es el objeto de estudios que se están realizando en la actualidad. El investigador Miquel Porta, ex presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, en el marco del congreso anual sobre seguridad alimentaria organizado por la Asociación de Empresas del Gran Consumo (Aecoc), afirmó que las personas acumulan en su organismo “sustancias tóxicas” durante largos períodos de tiempo que tienen relación con el desarrollo de trastornos y enfermedades.
En conclusión
Preocuparnos por el estado de nuestro planeta es preocuparnos por nosotros y nuestro futuro. Cada vez las personas somos más conscientes de que formamos parte de un entorno y que si este cambia tarde o temprano este cambio también nos afecta.
En el caso de los alimentos existen niveles de protección muy altos para los consumidores y que minimizan la migración de sustancias de los envases a los alimentos. No obstante hay investigaciones que buscan sustituir los actuales materiales por otros más naturales y más respetuosos con el medio ambiente.
Como consumidores también podemos aportar nuestro granito de arena; realizando una separación de nuestros residuos domésticos (orgánico, plástico, papel), siendo cuidadosos con los envases cuando realizamos excursiones (todos tenemos experiencia de entornos naturales preciosos “decorados” con latas de cerveza, envoltorios de alimentos…etc), “premiando” aquellos productos con envases más respetuosos con el medio ambiente…etc.
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