Por desgracia las alergias y las intolerancias alimentarias están presentes en nuestro día a día ¿quién no tiene un familiar o amigo que no puede comer un tipo de alimento porque tiene una alergia o no le sienta bien?.
Como hemos también podido comprobar en los cursos de seguridad alimentaria que realizamos, es habitual no tener muy clara la diferencia entre una alergia y una intolerancia alimentaria. Se tiende a meter en el mismo saco ambos conceptos, nos queda claro que si alguien consume un alimento que no debe le sienta mal, pero generalmente hasta ahí llegan normalmente nuestros conocimientos.
Es importante el tener claro la diferencia entre ambos conceptos puesto que sus efectos en la salud de las personas son muy diferentes.
Diferencia entre una alergia y una intolerancia alimentaria
– La alergia o hipersensibilidad alimentaria es la reacción adversa que presenta un individuo tras la ingestión, contacto o inhalación de un alimento con una causa inmunológica comprobada. Es decir que el alimento provoca una respuesta exagerada por parte del sistema inmunológico al interpretar éste que el alimento es una sustancia «extraña».
– La intolerancia a un alimento se caracteriza por la incapacidad para digerirlo y metabolizarlo. En este caso no interviene ningún mecanismo de defensa inmune. El organismo no es capaz de digerir correctamente el alimento y, en consecuencia, se produce una irritación del sistema digestivo.
Otra diferencia importante es que una persona intolerante puede admitir un cierto nivel de consumo del alimento que le provoca la intolerancia, es decir, que puede existir un umbral por debajo del cual el consumir el alimento no le provoca reacción. En el caso de las alergias no es así; el ingerir una cantidad microscópica de determinado alimento, o, en algunos casos, solo el hecho de tocarlo o de inhalarlo, puede desencadenar la reacción.
¿Cuáles son las causas de las alergias?
La alergia alimentaria y las enfermedades alérgicas en general comparten los mismos factores de riesgo pero las causas siguen estando poco claras. Parece que existen una serie de factores de riesgo, genéticos y nutricionales, que son específicos de la alergia a los alimentos.
El momento de la introducción en la dieta de alimentos consumidos en las primeras etapas de la vida también parece desempeñar un papel importante así como otros factores (cantidad de ácido gástrico en el estómago, composición de bacterias en el intestino…etc).
Síntomas de las reacciones alérgicas
Podemos distinguir 4 tipos de síntomas
1.- Respiratorios: congestión nasal, asma, tos.
2.- Cutáneos: inflamación de labios, boca, lengua, cara y/o garganta. También puede producir urticaria y eczema.
3.- Gastrointestinales: dolor abdominal, diarrea, náuseas, vómitos y cólicos.
4.- Sistémicos: en el peor de los casos puede darse un shock anafiláctico que puede producir la muerte.
Las 14 sustancias alérgenas
Para ayudar a las personas que padecen algún tipo de alergia o intolerancia se identificaron 14 sustancias susceptibles de provocar reacciones alérgicas y, que de acuerdo con el Reglamento (UE) 1169/2011 todos los operadores de las empresas alimentarias, que proveean alimentos al consumidor final, deberan informar a los mismos sobre su presencia. Los 14 alérgenos son; gluten, frutos de cáscara (almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, nueces de Brasil, pistachos, nueces macadamia o nueces de Australia y derivados), pescado, leche y derivados, soja, crustáceos, molúscos, huevos, cacahuetes, apio, mostaza, sésamo, altramuces y sulfitos.
Esta información la podemos encontrar tanto en el etiquetado de los productos que adquirimos como en aquellos establecimientos en los que se consumen alimentos (restaurantes, bares…etc).
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