Pizza ¿Sinónimo de fast food?

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¿Hay alguien a quien no le guste la pizza? Es uno de los platos más populares y extendidos del mundo y precisamente por eso podemos encontrar infinitas versiones. Normalmente la pizza está relaciona con la comida basura, pero no tiene porqué ser así, de hecho puede llegar a ser un plato saludable.

 

¿Se pueden hacer pizzas sanas? ¿Podría considerarse la pizza un plato completo?

Se pueden hacer pizzas saludables caseras (sin harina, sin grasas saturadas y con ingredientes nutritivos y de calidad), pizzas con harina integral (mejor que la masa de harina refinada), pizzas aptas para personas con intolerancias o alergias (celiacos, alérgicos al huevo…)
La pizza podría considerarse un plato saludable y equilibrado si se cumplen estas 4 premisas:

1. El 50% de los ingredientes de la pizza son verduras (normalmente lo único de verdura que suelen llevar las pizzas comerciales es salsa de tomate, que contiene una gran cantidad de azúcares simples).

2. El 25% de la pizza lo conforman los hidratos de carbono (es decir, la base de la pizza). La recomendación sería mejorar la calidad de los hidratos de carbono (harinas integrales frente a las refinadas). Actualmente, el ingrediente mayoritario de las pizzas es la harina de trigo refinada.

3. La cantidad de proteínas se limita al 25% del total de la pizza, priorizando los huevos, la carne blanca, pescado azul… frente a aquellas de peor calidad (carnes procesadas). En las pizzas comerciales, la parte proteica constituye el 40% del total de ingredientes.

4. La grasa principal debe ser el aceite de oliva virgen.

 

Otros consejos:

– El queso que utilices debe ser cuanto menos curado mejor.

– Prepara tu mismo la salsa de tomate. Puede probar a añadirle albahaca, orégano y ajo.

– Puedes espolvorear alguna hierba aromática al final de la preparación de tu pizza, como el romero.

 

¿Por qué no ser creativo?

Te sugerimos también elaboraciones de bases de pizza innovadoras y que además sean aptas para personas alérgicas o intolerantes:

PIZZA CON BASE DE PATATA: cocer la patata y formar una base homogénea aplastada y redondeada (con la forma de la habitual masa de pizza). También se puede añadir huevo y mezclar con la patata. Posteriormente hornear.

PIZZA CON BASE DE PLÁTANO: triturar plátano, huevo, AOVE y sal (formar masa espesa y homogénea). Posteriormente hornear solo la masa durante 12-15 minutos.

PIZZA CON BASE COLIFLOR: triturar la coliflor en una picadora hasta obtener granulación estilo cuscús. A continuación, añadir huevo, AOVE, sal y hierbas al gusto. Posteriormente hornear la masa hasta que se dore (unos 18-20 minutos).

También se pueden elaborar pizzas con base de brócoli, con base de harina de garbanzos, con base de harina de garbanzos y arroz, con base de lentejas rojas, con base de quinoa y garbanzos…

 

En conclusión

La combinación de verduras, hortalizas y proteína de calidad sobre una base de pizza donde se prioricen los hidratos de carbono integrales frente a los refinados (o otras opciones que prescindan de harina), pueden hacer de la pizza no solo un placer para el paladar, también puede ser una acierto nutricional. Sólo hay que escoger bien y moderar las cantidades.

Esperemos que os haya gustado el artículo y no dudeis en enviar vuestras preguntas o sugerencias.

 

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Fuente imagen: Pixabay – Ponce_photograpy

Publicado el 2 abril 2019 en Aizea, Nutrición

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