La pandemia, y la nueva normalidad, que nos está tocando vivir ha tenido y tiene aspectos negativos y positivos. Entre los positivos podemos destacar que este tiempo ha servido a muchas personas para realizar un parón y reflexionar sobre temas importantes, descubrir nuevas aficiones (las redes sociales se llenaron de recetas de repostería)…etc.
Dentro de estas nuevas aficiones, también ha despuntado el tema de la jardinería y es aquí donde nos gustaría hablaros de una afición que combina la ecología y la gastronomía, nos referimos a los huertos urbanos.
¿Qué es un huerto urbano?
Definiciones al respecto hay muchas, pero básicamente son pequeños espacios al aire libre (balcones, terrazas, jardines públicos o privados) o de interior, destinados al cultivo de frutas, verduras, hortalizas y plantas medicinales para consumo doméstico.
De esta manera podemos aprovechar espacios que tenemos en nuestro hogar (ventanales, patios…etc) para cultivar plantas comestibles además de las habituales plantas ornamentales.
¿Qué beneficios tiene un huerto urbano?
Quien se plantea un proyecto de este tipo, generalmente tiene la idea de cultivar de forma sostenible, natural y ecológica una serie de verduras y hortalizas. No se busca una gran producción sino más bien el poder controlar todo el proceso y obtener alimentos empleando fertilizantes y plaguicidas ecológicos y naturales.
Pero aparte de este beneficio también podemos señalar otros añadidos:
– Educación: puede ser una gran oportunidad para que los peques de la casa vean el origen de los alimentos (que las frutas y verduras no crecen en los supermercados) y que puedan apreciar y relacionarse con la naturaleza.
– Fomento de la comunicación: si convertimos el huerto en un proyecto familiar donde los diferentes miembros se hacen responsables de diferentes tareas (regar, abono…etc) podemos encontrar otro punto de encuentro y comunicación.
– Alimentos de temporada: los diferentes alimentos tienen un calendario que generalmente no suele ser muy conocido debido a que la mayoría de los alimentos están disponibles durante todo el año (al importarse de otros países aquellos productos que aquí no están en temporada pero en otras latitudes si). Puede ser una buena ocasión para disfrutar de alimentos de temporada.
– Sabores: un huerto urbano nos permitirá redescubrir el sabor de muchas verduras y hortalizas e incentivará su consumo en nuestra dieta. No hay que olvidar que aquello que conseguimos con nuestro esfuerzo y dedicación siempre sabe mejor.
– Colorido: muchas de las plantas que son comestibles también tienen belleza ornamental (como algunas variedades de coles rizadas).
¿Qué necesitamos para realizar nuestro propio huerto urbano?
En primer lugar buscar una localización en nuestro hogar que permita que nuestras plantas tengan buena iluminación (se suele recomendar que por lo menos tengan un mínimo de 5 horas de luz natural al día).
En segundo lugar adaptar la tierra con abonos naturales en el espacio que hayamos habilitado para este fin (macetas o incluso mesas que se venden para esta finalidad).
En tercer lugar tener las semillas apropiadas para la estación (hay un calendario de siembra).
En cuarto lugar tener paciencia y ganas de aprender.
En conclusión
Tener un huerto urbano puede ser un proyecto muy bonito para cultivar ciertos hábitos saludables (educación ambiental, fomento de alimentos de temporada, nuevo canal de comunicación…etc) y aunque no tengamos mucho sitio en nuestro hogar siempre podemos destinar un par de macetas para condimentos en nuestra cocina (perejil y otras hierbas aromáticas).
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