¿Qué sabes de la espelta?

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También conocido como trigo verde o salvaje, sus orígenes se remontan a 7.000 años atrás, cuando se cree que este cereal se cultivaba en la zona de Irán y del sureste europeo. Durante la edad media era común el consumo de pan de espelta entre las clases más ricas mientras las clases más desfavorecidas se alimentaban a base de pan de centeno.

En la actualidad, la mayoría de su producción pertenece a la agricultura ecológica ya que la cubierta externa de la espelta es muy resistente a plagas, insectos y falta de agua por lo que no necesita pesticidas.

Usos y consumo

Poco a poco, la espelta va ganando adeptos gracias, entre otras cosas, a sus propiedades nutricionales y a que su harina es muy panificable. Se trata de uno de los cereales que sí contiene gluten, aunque en menor proporción que el trigo común, por lo que generalmente resulta más fácil de digerir y personas con un grado leve de intolerancia al gluten sí podrán consumirlo. A pesar de su bajo contenido en gluten las personas celiacas no pueden consumir este cereal.

Al tratarse de un tipo de trigo, la harina de espelta es apta para preparar todo tipo de alimentos y recetas que tradicionalmente preparamos con la harina del trigo común. Podemos sorprender preparando alguna de nuestras recetas estrella con este tipo de harina, para hacer nuestra dieta más variada y original. Además podemos encontrar (sobre todo en herbolarios y tiendas ecológicas) muchos productos elaborados con espelta como panes, galletas, bollería, pastas, cereales de desayuno, tostadas, salvado, tortitas, bases para pizzas o incluso cerveza.

Propiedades nutricionales de la espelta

Aunque similar en usos al trigo, este cereal tiene una serie de propiedades nutricionales muy particulares:

– Mayor contenido en proteínas que el trigo común: aunque lo que más destaca es su aporte del aminoácido triptófano, necesario para la producción de la hormona serotonina. Y también su aporte de lisina, curiosamente un aminoácido que no suele estar presente en otros cereales.

Fibra dietética: su alto contenido en fibra le confiere a la espelta un poder saciante, es decir, sensación de sentirnos más llenos. Por eso puede ser una buena alternativa en dietas de adelgazamiento, que requieren ingerir menor cantidad de alimentos y de calorías, en lugar del trigo común o el arroz refinado.

Vitaminas del grupo B: en concreto la espelta es rica en tiamina (B1) que ayuda a la obtención de energía a aportar de los hidratos de carbono y rica en niacina (B3) importante para la piel, la circulación sanguínea y mejorar la salud ocular.

– Alto contenido en silicio: este mineral ayuda a la formación del tejido conjuntivo, es decir, el tejido que se encarga de dar sostén a la piel, los huesos, los cartílagos o los vasos sanguíneos, entre otras estructuras.

En conclusión

Más allá de las propiedades nutricionales y el sabor, estos cereales alternativos, también llamados cereales étnicos, por sus diversas procedencias, nos brindan la oportunidad de diversificar nuestra alimentación en una sociedad cada vez más abierta a probar cosas nuevas.
Eso sí, probar productos nuevos, elaborados con espelta, nos saldrá más caro ya que la producción de este cereal es baja en comparación con su creciente demanda.

 

http://www.fao.org/agronoticias/

Publicado el 24 febrero 2017 en Aizea, Nutrición

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