Aunque con la globalización y con los cultivos intensivos y en invernaderos podemos encontrar endibias todo el año, lo cierto es su temporada es de enero a marzo, por lo que conviene aprovechar ahora para adquirirlas en su mejor momento y con el mayor contenido en nutrientes.
Una hortaliza muy curiosa
La endibia es en realidad una variedad de la achicoria que se obtiene mediante un cultivo forzado o artificial. Los agricultores belgas descubrieron en 1850, que las raíces de achicoria guardadas en un ambiente oscuro, cálido y húmedo, producen unos brotes muy tiernos y blancos y los aprovecharon para su comercialización como alimento. En la actualidad, los Países Bajos siguen siendo los mayores productores de esta hortaliza de tonos blancos y amarillentos, debido a que se cultiva en oscuridad y no se desarrolla el pigmento natural clorofila, característico de otras verduras de color verde.
La endibia no gusta a todo el mundo ya que posee sabor ligeramente amargo, debido a los compuestos químicos lactucina, lactucopicrina e intibina, presentes en ella.
Valor nutricional de la endibia
Al pertenecer al grupo de las hortalizas comparte con ellas una característica y es su alto contenido en agua lo que se traduce en un aporte reducido de calorías (apenas 25 Kcal/ 100 g) y la convierte en buen aliado en las dietas de pérdida de peso o en las dietas detox, gracias también a su aporte de fibra:
– Inulina: se trata de un tipo de hidrato de carbono que actúa como fibra prebiótica, es decir, sirve de alimento para las bacterias que viven en el colon. A la inulina se le atribuyen propiedades de prevención del cáncer de colon por esta razón y la endibia es fuente de ella.
– Vitaminas: destaca su aporte de ácido fólico, pro vitamina A y vitamina C. El ácido fólico es una vitamina suplementada durante el embarazo ya que su déficit puede provocar malformaciones congénitas en el feto. En cuanto a la pro vitamina A, ésta se transforma en vitamina A cuando el organismo la precisa para alguna de sus funciones como preservar en buen estado la piel y las mucosas o ayudar a la salud visual. La vitamina C ayuda a mejorar las defensas naturales del organismo y tiene efecto antioxidante, al tiempo que mejora la absorción de hierro.
– Minerales: no es destacable su aporte de este grupo de micronutrientes, a excepción del potasio, que mantiene el equilibrio hídrico entre el interior y el exterior de las células y ayuda al buen funcionamiento de los músculos.
En la cocina
Una de las ventajas que ofrece la endibia es que generalmente se consume en crudo por lo que al no aplicar tratamiento térmico se mantiene su contenido en nutrientes, especialmente de ácido fólico y vitamina C, ambas sensibles al calor.
Para reducir su amargor se recomienda lavarlas con abundante agua fría y después secarlas con papel de cocina. Otro truco muy utilizado es servirlas con salsa de queso, en especial roquefort, que enmascara su sabor amargo. Además se pueden preparar deliciosas ensaladas con endibias ya que admiten prácticamente todo tipo de ingredientes clásicos de esta preparación en crudo (zanahoria, pepino, tomate, aceitunas, maíz, manzana, pera, atún o queso, entre otros). A pesar de que se presentan normalmente en crudo también admiten cocción, horno o incluso fritas, aunque se verá reducido en este caso su aporte de micronutrientes. Sea como sea, la endibia es una buena opción para esta época del año.
http://www.5aldia.org/v_5aldia/informacion/informacionver.asp?cod=3711&te=73&idage=6765
http://www.magrama.gob.es/es/ministerio/servicios/informacion/endibia_tcm7-315474.pdf
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