Con la llegada del otoño, sus fríos y sus lluvias, en casi todas las ciudades de España aparecen unas figuras entrañables; los castañeros. Y es que la presencia de estas personas es solo un recordatorio de la especial relación que hay entre este fruto propio del otoño y nuestra cultura.
Aunque creamos que el castaño es una especie autóctona parece que su presencia en la península Ibérica se la debemos a los romanos. Durante mucho tiempo fue un fruto muy apreciado dando lugar a hermosas tradiciones a lo largo y ancho de España; la celebración del magosto (Galicia, Asturias, zona norte de Castilla y León), de la Castañada (Aragón y Cataluña), del Gaztañarre (País Vasco y Navarra), del Calbote (Zamora, Ávila, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Toledo) o de los Finaos (Canarias), son solo una muestra del arraigo que tiene la castaña en nuestra cultura.
Aunque la introducción de nuevos cultivos (maíz, mijo, centeno, patata…etc) fue relegando su consumo, el afán de mantener las tradiciones antes mencionadas ha posibilitado, en cierta medida, su recuperación.
Propiedades nutricionales de las castañas
La castaña es un fruto seco con una peculiaridad; su composición la asemeja más a un cereal que a un fruto seco.
Las castañas son ricas en hidratos de carbono complejos. Esto significa que estos hidratos son absorbidos por nuestro organismo lentamente, de manera que mantienen equilibrados los niveles de azúcares y aportan saciedad durante mayor tiempo. Nos aportan, por tanto, energía y saciedad.
Las castañas tienen poca materia grasa, en comparación con otros frutos secos, y su contenido en agua ronda el 50%. Si tenemos en cuenta este dato y el aporte de energía antes mencionado, las castañas constituyen un alimento perfecto para los deportistas o para aquellas ocasiones que requieren reponer energía (caminata por el monte…etc).
En cuanto a minerales, las castañas destacan por su aporte en fósforo; mineral que cumple un papel importante en la formación de huesos así como en el funcionamiento y reparación de células y tejidos nerviosos (contracciones de músculos, señales nerviosas).
Por cada 100 gramos, las castañas aportan:
- 210 calorías.
- 2,6 gramos de grasa
- 40 gramos de hidratos de carbono.
- 7 gramos de fibra.
- 45 gramos de agua.
- 256 miligramos de fósforo.
Cómo consumirlas
Existen muchas maneras de utilizar las castañas; se pueden asar, cocer, hacer harina con ellas…etc. Aquí os comentamos algunos trucos;
1.- No consumirlas inmediatamente tras recolectarlas. Las castañas crudas son ricas en taninos que pueden producir molestias intestinales. Es aconsejable guardarlas durante 7 – 10 días para que, de manera natural, la cantidad de esos taninos disminuya y el almidón se transforme en azúcares más asimilables.
2.- Tanto si queremos cocerlas (unos 25 minutos aproximadamente) como asarlas (unos 30 minutos a 200ºC con el horno precalentado), antes de llevar a cabo esta operación, practicaremos un pequeño corte en cada una de las castañas.
Esperamos que te haya gustado este artículo y aprovecha para disfrutar de este fruto del otoño.
Bibliografía
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002424.htm
Al enviar el comentario, acepto la Política de privacidad y las condiciones del Aviso legal de Aizea.es.