Hemos comenzado el curso escolar y poco a poco, tras normalizarse los horarios escolares y extraescolares, volvemos a las rutinas que nos acompañaran hasta finales de junio. Es un buen momento para bien retomar buenos hábitos de alimentación que tuvimos que aparcar en la época de verano o bien para instaurarlos si hasta ahora no los seguíamos.
El comedor escolar en nuestra vida
Cada vez son más los alumnos que se quedan a comer en los centros escolares. Esto significa que los peques van a pasar la mayor parte del año realizando la principal de las ingestas diarias en el comedor escolar, el almuerzo se considera la comida principal del día y supone un aporte importante de energía, aproximadamente un 35%.
Esto va a significar que en la mayoría de las familias españolas, se tenga que poner en una situación central el menú escolar a la hora de organizar el resto de las comidas del resto de la familia.
Para poder ajustar los menús escolares durante el fin de semana y para organizar las cenas, es importante que la composición y variedad del menú sea apropiada, teniendo en cuenta lo que han comido durante la semana en el comedor escolar y reforzando aquellos grupos de alimentos que se hayan consumido en menos proporción.
Es por tanto necesario que el comedor escolar nos facilite la información de las comidas realizadas. No debemos olvidar la siguiente máxima: una dieta variada dará lugar a una dieta equilibrada.
Organización de cenas
Aunque en la mayoría de los comedores escolares se aporta, junto a la descripción de las comidas realizadas, una serie de platos indicados para las cenas, conviene tener claro una serie de criterios a la hora de planificar nuestras cenas:
1.- La cena ha de complementar el resto de las ingestas del día.
2.- Deberá estar compuesta por grupos de alimentos que no se hayan consumido en la comida.
3.- Ha de ser completa pero ligera, para favorecer un descanso reparador y contribuir a la ingesta adecuada de energía.
4.- Se deberá huir de preparaciones culinarias muy calóricas (precocinados fritos, guisos grasos) y se elegirán formas de cocinado que no añadan mucha grasa: plancha, horno, etc.
En el siguiente cuadro se detalla la comida del comedor de un colegio durante una semana y las cenas complementarias que podrían elaborarse para completar el equilibrio diario:
En una buena cena no sólo basta el plato
Otra regla a la altura de las anteriores es que, en la medida de lo posible, se debe propiciar la cena en familia ya que numerosos estudios demuestran que una cena en familia favorece una ingesta dietética más saludable.
También debemos tener en cuenta que el momento de la comida es un acto social y un hecho cultural que favorece la conversación (esto significa que fuera televisiones a la hora de la cena) y repercute en una mejora de los conocimientos sociales y nutricionales.
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Fuente imagen: Pexels – Alexander Dummer
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