Seguro que hemos escuchado la frase “la comida no se tira” en multitud de ocasiones, sobre todo pronunciada por las personas de mayor edad. Pero incluso aunque estemos de acuerdo, ¿somos conscientes de la cantidad de comida que pasa del frigorífico, frutero o despensa directamente a la basura?. Ya en su momento, un estudio llevado a cabo por la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (HISPACOOP), sobre el desperdicio de alimentos en los hogares españoles, situaba a España como el séptimo país de la Unión Europea que más “malgasta alimentos”.
Las razones principales entre los encuestados para tirar comida son el exceso de sobras (muchas veces cocinamos de más), la mala conservación o almacenamiento de los alimentos o incluso la compra de alimentos que pasado un tiempo no recordamos ni que estaban ahí. Eso nos hace reflexionar sobre el hecho de que quizá no somos muy buenos gestores de los alimentos en el hogar.
¿Qué se tira y cuánto se tira?
Los españoles, de media, tiramos más de 1.000 euros al año en comida. Eso son muchas de bolsas de basura repletas de lo que nosotros consideramos “desperdicios” pero que en parte se podrían aprovechar y sobre todo, se podría evitar con mayor concienciación en este tema y siguiendo unos simples consejos.
Según los datos del estudio el grupo del pan, los cereales y la pastelería se sitúa a la cabeza (19,3%) y es que no es difícil imaginar cuántos de nosotros hemos tirado el pan a la basura, no porque estuviera malo, sino porque simplemente se había puesto duro.
Le siguen en la lista las frutas y las verduras (16,9%) ya que se trata de alimentos perecederos que se estropean con acilidad (por su alto contenido en agua) y que muchas veces nos exigirían ir a comprar demasiado a menudo teniendo en cuenta los actuales horarios laborales.
Parece lógico que este tipo de alimentos, los perecederos, sean los que se van con mayor frecuencia al cubo de la basura pero lo curioso es que la carne y el pescado son el 6º y 11º grupo en este ranking y que curiosamente los productos precocinados o incluso las latas de conservas están por delante del pescado o los huevos. Es decir, no se salva ni uno, ni siquiera aquellos alimentos que tienen mayor fecha de caducidad.
Estamos a tiempo de evitarlo
La gran pregunta que platea este estudio es, ¿cómo podemos evitarlo?. Se han elaborado una serie de consejos útiles para evitar o al menos reducir los desperdicios de comida en los hogares:
1.- Planificar la compra. Hacer una lista previa de los alimentos que realmente necesitamos y ceñirnos a ella.
2.- Planificar los menús semanales. Se trata de pensar, a grandes rasgos, que vamos a comer cada día de la semana. De esta forma también mantendremos una dieta más equilibrada incluyendo alimentos de todos los grupos.
3.- Guardar o reutilizar las sobras para el consumo. Podemos usarlas, por ejemplo, para hacer guarniciones de otros platos.
4.- Intentar cocinar con cantidades “más ajustadas” a las necesidades de nuestro hogar. Y si cocinamos para varios días, congelar correctamente los alimentos por raciones de consumo en envases adecuados y rotulados con la fecha del día de la congelación.
5.- Revisar las fechas de caducidad y de consumo preferente de los alimentos con mayor frecuencia. Situar esos alimentos en la parte anterior de la nevera o despensa y guardar los nuevos que compremos en la parte posterior.
6.- Conservar mejor los alimentos, tanto crudos como cocinados. Envasarlos adecuadamente y seguir las indicaciones de conservación del etiquetado de los productos envasados.
En conclusión, se trata de tener más precaución y volvernos consumidores más responsables, al mismo tiempo que nos ahorramos unos euros.
Bibliografía
https://www.hispacoop.com/home/index.php/2012-11-08-03-43-12/72-estudio-sobre-el-desperdicio-de-alimentos-en-los-hogares/file
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Fuente imagen: Pixabay – Dbreen
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