En los últimos 4 meses son varias las personas de mi entorno que me han realizado preguntas similares. No sé si es una tendencia creciente o ha dado la casualidad de que en tan corto espacio de tiempo me haya encontrado con situaciones similares; padres que me preguntan sobre la conveniencia de los complementos alimenticios en adolescentes ya que sus hijos los consumen, o quieren consumir, como refuerzo extra a la actividad que realizan en el gimnasio.
Me ha parecido interesante el hacer una pequeña reseña de estas experiencias por si os pudieran servir.
Cómo empieza todo
Glutanima, creatina, whey…son palabras, en principio, desconocidas para los padres de adolescentes y jóvenes (no tan adolescentes). Pero llega un día en que tu hijo te pide dinero para comprar estos productos y dices “y, ¿qué es eso?”. Ante esto generalmente hay dos posturas; padres resignados que les dan el dinero o van a comprarlo con ellos sin más preguntas y padres que sí hacen más preguntas, y cómo quieren respuestas “con criterio”, consultan a alguien de “confianza” de su entorno (como fue en mi caso).
En casi todos los casos la conversación discurre por estos derroteros:
-Marian, mi hijo (varón de entre 16 y 20 años) ha empezado el gimnasio hace un tiempo. Me dice que necesita comprar este producto (glutamina, creatina, proteína whey…). ¿Tú que opinas?
-Pues me alegro que tu hijo haya empezado el gimnasio, es importante que los chicos hagan deporte. ¿Por qué se ha apuntado?-le pregunté.
– Pues no lo sé exactamente -me respondió-. Me dice que quiere perder peso, ganar músculo y “definir”. Esto último no sé muy bien qué es.
– Pues perfecto, y ¿cuántas veces va a la semana?- le volví a preguntar.
– Pues últimamente casi todos los días, de 3 a 4 días a la semana como mínimo.
– ¿Qué tipo de rutina de entrenamiento le han puesto?
– Pues no sé, la verdad -concluye.
¿Qué complemento alimenticio quiere el adolescente?
En este punto, ya es donde necesito hablar con el joven y recabar más información. ¿Por qué?. Porque dependiendo del objetivo, la frecuencia de entrenamiento, el programa de ejercicios y, como no, de la alimentación que lleve el joven, ya podemos ver si es adecuado o no el uso de complementos.
Llevo muchos años trabajando en el mundo de los complementos como asesora de fabricantes, formadora, prescriptora… Estoy a favor de su uso, pero de un uso justificado y personalizado.
Por tanto, en esta fase lo que debemos sondear son las motivaciones del joven y sus objetivos para el uso del complemento alimenticio así como su estilo de vida y hábitos de alimentación. No debemos olvidar que un complemento es, como su propio nombre indica, un producto que complementa la alimentación habitual, por lo que debemos poner el foco de atención en cómo es esta.
¿Son todos los complementos alimenticios iguales?
Dentro del mundo de los complementos, los de la nutrición deportiva han experimentado un gran desarrollo y se ha hecho un gran uso (y en ocasiones abuso) de los mismos. Para aquellas personas interesadas en el mundo de la nutrición deportiva suelo aconsejar acudir al “Documento de consenso de la Federación Española de Medicina del Deporte sobre ayudas ergogénicas nutricionales para las personas que realizan ejercicio físico”.
En este documento se utiliza la clasificación de estas sustancias según su grado de evidencia científica (grado A mayor evidencia, grado C menor evidencia).
– Grado A de evidencia. Datos procedentes de múltiples ensayos clínicos aleatorizados o metaanálisis.
– Grado B de evidencia. Datos procedentes de un único ensayo clínico aleatorizado o de grandes estudios no aleatorizados
– Grado C de evidencia. Consenso de opinión de expertos y/o pequeños estudios
Como conclusión
Para determinar la necesidad de un complemento alimenticio en un adolescente es fundamental ver qué hábitos de vida lleva a cabo y qué alimentación realiza de manera habitual.
El uso de complementos nutricionales debe “personalizarse” en función de objetivos, tipo de deporte, rutina de entrenamiento y alimentación que realiza de manera habitual.
Con toda esta información podemos saber si es necesario y adecuado tomar un determinado producto. Y en el caso de obtener respuestas afirmativas: CÓMO TOMARLO.
Quiero agradecer y felicitar a esas madres que buscan respuestas en un profesional cercano para poder ayudar a sus hijos de una forma responsable. Como resultado de su inquietud, he de decir, que me siento satisfecha de haber podido “influir” de forma positiva en la alimentación de sus hijos.
Un mensaje adecuado en un momento adecuado puede cambiar la forma de comer de un joven y eso influirá en su alimentación cuando sea adulto.
Finalmente no debemos perder de vista que en la etapa de la adolescencia nuestro principal objetivo debe ser conseguir que los jóvenes adopten hábitos alimenticios saludables que mantengan de por vida.
Marian Alonso-Cortés Fradejas
Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Navarra y Licenciada en Ciencia y Tecnología de los alimentos por la Universidad de León. Desde el año 1999 viene realizando consultoría especializada en desarrollo de productos y formación para empresas de complementos alimenticios. También realiza asesoramiento técnico de calidad para empresas alimentarias. Actualmente es responsable de la Dirección Técnica de la Consultoría Aizea.
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Fuente imagen: Pexels – Andres Ayrton
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