El efecto halo

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Se denomina así a uno de los sesgos cognitivos más conocidos en psicología que se estudia y utiliza desde que en 1920 este término fuese acuñado por el psicólogo Edward L. Thorndike.

El efecto halo consiste en realizar una generalización errónea de un todo a partir de una sola característica o cualidad. Es decir, si observamos una buena cualidad en una persona u objeto generalizamos al resto esa característica pensando que el todo también es positivo y viceversa.

 

 

También se da en la alimentación

 

Y es que el efecto halo se puede aplicar a muchas de las situaciones cotidianas, incluida nuestra percepción y actitud frente a la comida. Clásicos reconocidos de este efecto son el pedir sacarina para el café porque de esta forma compensamos el bollo que lo acompaña, “así rebajo calorías”-pensamos, y nos sentimos incluso mejor con nosotros mismos. Otro clásico es componerse una ensaladita aquellos días que queremos cuidarnos. Comer sólo ensalada produce un significativo efecto halo ya que tenemos el concepto de que éstas son saludables y bajas en calorías pero este concepto puede distar mucho de la realidad en función de los ingredientes que la componen. Así encontramos numerosas ensaladas que incluyen salsas grasas, quesos, pan frito e incluso embutidos como el bacon. Y sí, también llevan lechuga.

Por tanto el efecto halo en alimentación proviene de que el mero hecho de incluir algún alimento más saludable dentro de la comida hace que sintamos que los alimentos menos saludables queden compensados. El efecto halo lleva por tanto a una falsa sensación de que lo estamos haciendo bien.

 

Alimentos light, reducidos en grasa o en azúcares

 

Consumir alimentos light en sustitución de los alimentos de referencia no es sinónimo de llevar una dieta equilibrada ni tampoco baja en calorías. Esta palabra, así como otras declaraciones que podemos encontrar en el etiquetado de los alimentos como “fuente de fibra”, “contenido reducido en grasa”, etc., ejerce un efecto casi mágico en la percepción de un alimento y es que si algo es light, no engorda (o eso pensamos).

Según la normativa europea la denominación light se puede aplicar cuando se produce una reducción mínima del 30% del valor energético respecto al alimento de referencia. Es decir, por un lado tiene que existir un alimento de referencia en el mercado (se puede hacer mayonesa light porque existe mayonesa normal) y por otro, como se puede apreciar en el ejemplo, la palabra light no significa sin calorías. Así la mayonesa normal aporta unas 700 Kcal por 100 g de alimento mientras que la denominada light aporta unas nada despreciables 396 Kcal por 100 g de alimento.
El efecto halo genera que al pensar erróneamente que los alimentos light son intrínsecamente saludables y apenas engordan, nos sintamos con la libertad de consumirlos de forma más frecuente e incluso en mayores cantidades que sus homólogos de referencia “no light” lo que puede llevar a que finalmente el aporte energético sea el mismo o incluso superior.

 

 

La solución

 

Comer un poco de todo pero en su justa proporción. Incluir en nuestras decisiones de alimentación aquellos alimentos naturales y frescos que nos garantizan un buen aporte de nutrientes como las frutas, las verduras, las legumbres, los pescados, los cereales integrales, los lácteos… cocinados sin una adición excesiva de grasas o salsas y dejar para ocasiones especiales los alimentos con elevado aporte calórico y baja densidad nutricional (algunos de ellos con la etiqueta light) al tiempo que realizamos actividad física a diario. Esa es la verdadera clave para mantener el equilibrio entre el gasto y la ingesta energética.

 

 

En conclusión

 

El efecto halo aplicado a la alimentación nos puede llevar a tomar malas decisiones en la elección de alimentos, factor que se da con mayor frecuencia en aquellas personas preocupadas especialmente por su peso corporal. Y es que lejos de ayudarnos a conseguir nuestros objetivos, puede producirse todo lo contrario, alejarnos cada vez más de nuestras metas y a la larga afectar a nuestra salud y nuestro peso.

 

 

https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-el-efecto-halo/
https://blogs.20minutos.es/el-nutricionista-de-la-general/2013/05/27/el-efecto-halo-de-los-alimentos-saludables-o-el-efecto-sacarina/

Publicado el 13 febrero 2018 en Aizea, Alimentación saludable

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