¿Engordamos cuando dejamos de fumar?

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Es cierto que muchas veces se aumenta de peso al dejar de fumar, pero esto no significa que el simple hecho de dejar de fumar engorde, como piensa la mayoría de la gente, lo que ocurre es que la nicotina tiene efectos inhibidores del apetito, y cuando se deja de consumir la sensación de hambre aumenta, se come más y por eso se engorda.

El tabaco produce dos tipos de dependencia, una de tipo físico, que está directamente relacionada con la nicotina de los cigarrillos, y otra de características psicológicas, relacionada con el hábito de fumar, al asociar este momento a muchas actividades cotidianas. Cuando las personas intentan dejar de fumar se produce una situación de estrés en el organismo provocando nerviosismo, angustia y ansiedad.

 

¿Qué hacer cuando dejamos de fumar?

Es muy importante plantearse unas pautas de alimentación concretas. No se trata de una dieta, sino de llevar a cabo una serie de “estrategias” que ayuden a dejar el tabaco y al mismo tiempo eviten el aumento de peso:

1. Se debe evitar el consumo de ciertos alimentos como el café, el alcohol y las carnes rojas, ya que realzan el sabor del tabaco y por tanto incitan a fumar.

2. Se debe fomentar el consumo de frutas, lácteos y hortalizas, ya que estos alimentos, al contrario que los citados previamente, empeoran su sabor. Así mismo, estos alimentos son ricos en vitaminas C y A, zinc y selenio, todos ellos antioxidantes que ayudarán a la eliminación de las sustancias tóxicas (radicales libres) que produce la nicotina en el organismo.

– La vitamina C se encuentra en todas las verduras y hortalizas, pero principalmente en cítricos, kiwi y pimiento rojo.

– La vitamina A está presente en las zanahorias, espinacas, tomate, y en general en las hortalizas de color naranja, amarillo y rojo.

– El zinc se encuentra en el germen de trigo, las ostras, las semillas de calabaza y sandía, chocolate negro, mariscos, espinacas, salmón, cacahuetes…

– El selenio está presente en las sardinas, atún, marisco, cebolla, almejas, avena y también en el germen de trigo.

 

3. Es recomendable tomar alimentos que ayuden a superar la ansiedad, y para ello se deben consumir aquellos que sean ricos en vitaminas del grupo B y magnesio: cereales integrales de avena, trigo y cebada, nueces, avellanas, coles, coliflores, espinacas, rábanos, lechuga …

4. Tener cuidado con el picoteo constante y la tendencia a sustituir el cigarro por bollería, una bolsa de patatas… En el caso de caer en la tentación se puede optar por un picoteo saludable: un puñado de frutos secos, una pieza de fruta, un yogur natural, queso feta, fruta deshidratada (snack), una onza de chocolate puro…

5. Es importante controlar las cantidades en cada ingesta y masticar lentamente.

6. No descuidar la hidratación. Beber entre horas y no solo en el momento de las comidas.

 

Conclusión

Es posible establecer recomendaciones dietéticas cuando se decide dejar de fumar, como evitar alimentos que inciten a hacerlo (café y el alcohol,) y fomentar el consumo de frutas, lácteos y hortalizas que empeoran el sabor del tabaco y además ayudan a eliminar la sustancias perjudiciales que produce la nicotina en el organismo.

 

Escribano A., (2016), Come bien, vive más y mejor. Barcelona, España. S.L.U Espasa Libros.
http://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-la-nutricion-del-fumador-consejo-13050137

Publicado el 2 mayo 2018 en Aizea, Alimentación saludable

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